En NATURE SCHOOL Ángel de la Guarda, nuestros “peques” de 2 años han recibido un gran regalo: ¡charcos! Un regalo abierto al asombro, al descubrimiento, y que han convertido en una gran experiencia sensorial de aprendizaje y desarrollo motor. Además, ¡todo ello en un ambiente lúdico!
Jugar con el agua es algo natural, espontáneo, en los niños y les aporta numerosos beneficios: desde el desarrollo de la motricidad gruesa y fina, la coordinación óculo-manual, hasta la potenciación del lenguaje, la creatividad y la imaginación.
Los charcos no son obstáculos, sino que pueden convertirse en laboratorios de ciencias, en talleres de cocina, en escuelas de pinturas e incluso en gimnasios. Katty Williams tenía razón cuando dijo que “la infancia es la etapa de la vida que termina cuando, por primera vez, miramos un charco como un obstáculo y no como una oportunidad”.