Gracias a todos los que os unisteis a rezar por el alma de Antonia en el primer aniversario de su fallecimiento.
La Eucaristía celebrada en San Nicolás fue un momento comunitario muy especial junto a la Virgen del Remedio para pedir por su alma, dar gracias a Dios por el testimonio de su vida y avivar en nosotros el deseo de ser santos y apóstoles.
Gracias Antonia, seguiremos tus huellas, ayúdanos a ser fieles en la misión.