Como la Virgen María presentó a Jesús en el templo, la vida de los consagrados también es presentada a Dios.
“La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”.
Oremos hoy por toda la vida consagrada y, especialmente, por el Instituto Secular Ignis Ardens para que sea testigo del fuego del amor de Dios en medio del mundo.